Incontinencia de orina.

Incontinencia de orina.  Se llama así a la incapacidad de la vejiga para retener la orina, por paresia o parálisis del esfínter. En realidad, el tenesmo produce también incontinencia, si bien de cantidades mínimas de orina, por el mecanismo opuesto, por la hiperexcitabilidad del esfínter. Estudio las principales formas de incontinencia de orina y aparte la enuresis nocturna de los niños:

     A) Hay, ante todo, que eliminar la falsa incontinencia o incontinencia por rebosamiento, que ocurre en los enfermos con retención, sobre todo en los prostáticos (Þ). En la primera fase de «shock espinal», en la sección transversal de la médula, existe globo vesical, por retención, con falsa incontinencia por rebosamiento.

     B) Entre las incontinencias verdaderas, la de mayor importancia clínica es la debida a la parálisis del esfínter por lesiones nerviosas: mielitis, compresión medular, tabes, etc. Con frecuencia se acompañan de la incontinencia de heces. Su diagnóstico es evidente. En la segunda fase de «automatismo medular» de la sección de la médula, aparece automatismo vesical, con involuntaria diuresis periódica.

     Es característica la frecuencia de la incontinencia urinaria en la hidrocefalia oculta normotensiva.

     C) En la epilepsia es signo típico la incontinencia durante el ataque; es de gran valor diagnóstico para diferenciarlo de otros accesos no epilépticos. Sobre la relación de la epilepsia con la enuresis nocturna, véase más abajo: VII, G).

     D) En las enfermedades febriles agudas que afectan al sistema nervioso central (tifoidea, tifus exantemático, meningitis, etc.) puede producirse incontinencia o retención.

     E) Desde luego, hay incontinencia en todos los estados comatosos (Þ).

     F) Muchas mujeres, sobre todo multíparas y obesas, tienen debilidad del esfínter e incontinencia de orina incompleta, que se manifiesta, ya en esfuerzos físicos, en la tos, en la risa o espontáneamente; sin que la exploración descubra lesión alguna local ni nerviosa; a veces desaparece al adelgazar. En el climaterio puede, además de la polaquiuria pura o con tenesmo ya citada, producirse una verdadera incontinencia incompleta que se ha atribuido a la falta brusca de estrógenos (esta hormona aumenta el tono vesical) y que se cura con el tratamiento opoterápico; desaparece espontáneamente, al alejarse la crisis.

     G) En ciertas intoxicaciones, como la de los obreros de aluminio, puede haber incontinencia de orina (Þ).

     H) En el cistocele, rectocele y prolapso uterino, con cierta frecuencia.

     I) En las fístulas vesicovaginales o ureterovaginales.

     J) En las vejigas pequeñas, por esclerosis retráctil, postcistítica (tuberculosa u otra), parasitaria o cancerosa.

     K) En el desgarro postquirúrgico del esfínter vesical.

     L) En los casos de uréter supernumerario con apertura uretral o vaginal.



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