Trastornos en la cronología de la menstruación:

Trastornos en la cronología de la menstruación:

      A) Ya he dicho que el retraso de la menstruación (oligomenorrea) se acompaña frecuentemente de hipomenstruación y obedece a las mismas causas que ésta; pero que debe hacer sospechar muy especialmente la insuficiencia hipofisaria. Hay, sin embargo, retrasos discretos de la menstruación, percibidos tan sólo por mujeres (poco frecuentes en nuestro país) que anotan escrupulosamente su cronología menstrual, que deben considerarse como fisiológicos, pues el ciclo menstrual normal admite un margen de variaciones cronológicas relativamente amplio («la única regularidad en el ciclo menstrual es la irregularidad», ha dicho una de las autoridades clásicas en esta materia). Un ciclo exactamente regular, cada veintiocho días, se presenta sólo en un 55 por 100 de las mujeres. Únicamente, pues, los retrasos muy marcados y acompañados de otros signos de insuficiencia ovárica se computarán como anormales.

     B) Con las mismas precauciones evitaremos el considerar como patológicos ciertos adelantos menstruales, que corresponden a ese margen de variaciones normales. Los datos fundamentales para juzgar este problema son:

     1. Toda menstruación excesivamente copiosa (hipermenorrea), al disminuir el número de días libres entre el final de una menstruación y el comienzo de la siguiente, da la impresión de adelanto menstrual; pero basta anotar los días de comienzo de los períodos para ver que se suceden con regularidad. Esta comprobación será, pues, el primer cuidado del médico. Pero hay, otras veces, reglas realmente frecuentes (polimenorrea).

     2. A veces las pretendidas reglas frecuentes, no lo son en realidad, sino metrorragias, por las lesiones del aparato genital enumeradas, que ocurren, en efecto, desordenada y frecuentemente, pero con independencia de la ovulación y de la menstruación. Se observan, sobre todo, en los alrededores del climaterio.

     3. En un número pequeño de casos, en el intervalo entre las dos menstruaciones aparecen manchas sanguíneas, a veces verdaderas, aunque siempre discretas hemorragias, que corresponden a la ovulación que, como es sabido, ocurre hacia el decimoquinto día del comienzo de la menstruación anterior. En la mayoría de las mujeres, el fenómeno de la ovulación es inadvertido; pero en un grupo de ellas se denuncia por dolores intermenstruales, ováricos (algunas veces, alternados cada mes en un lado), debidos a la gran distensión del folículo antes de su ruptura; y por las citadas manchas o pequeñas hemorragias. Ya se ha dicho (Þ) que este dolor puede ser muy agudo y fingir apendicitis, ruptura de embarazo ectópico u otros accidentes abdominales, en casos de folículos quísticos. El diagnóstico de las hemorragias por ovulación se hace por la comprobación de la alternativa, quincenal, entre una hemorragia abundante, la verdadera menstruación, y otra hemorragia leve, la de ovulación. En todo caso, el juicio se decide por biopsia de la mucosa uterina, la cual demuestra que en las hemorragias de ovulación no existen las modificaciones secretoras de la mucosa menstrual. La ovulación puede denunciarse también por otros signos, menos ciertos: la aparición de un pequeño flujo, cristalino, transparente, fluido, en el canal cervical, y un aumento de erotismo; la descamación del epitelio vaginal (a continuación de la secreción cervical citada) que algunos autores dan, como otro síntoma de ovulación, es discutible.

     4. Evidentemente, hay casos de ovulaciones irregulares, aproximadas, por irregularidad verdadera en el ciclo de la ovulación. Trátase entonces de accidentes pasajeros, debidos a influencias diversas, sobre todo a los abusos sexuales, según mi experiencia; de aquí la no rara polimenorrea, verdadera, durante los primeros meses de matrimonio; y en jóvenes masturbadoras.



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