Pigmentaciones en las infecciones.

Pigmentaciones en las infecciones.  He aquí las más importantes:

     A) Melanodermia en las tuberculosis crónicas. Se presenta, principalmente, en dos casos:

     1. Es muy común en los tuberculosos viejos del pulmón, de los huesos, de otras vísceras; sobre todo en los de la clase social humilde, en los vagabundos mal cuidados y muy expuestos a los agentes atmosféricos. Esta melanodermia, oscura, puede acompañarse de manchas bucales, iniciales o explícitas. Su origen suprarrenal no parece dudoso, pues en las autopsias se encuentran frecuentemente lesiones de las glándulas suprarrenales, ya tuberculosas, ya esclerósicas.

     2. En los jóvenes y niños, la pigmentación tuberculosa se presenta, sobre todo, en la peritonitis crónica, en forma de cloasma (Þ).

     B) En el paludismo crónico son muy frecuentes las ráfagas de pigmento, sobre todo en la cara; a veces en la boca, generalmente combinadas con tinte subictérico. Se deben a lesiones reticuloendoteliales del hígado, bazo y suprarrenales. En los trópicos no son raras estas insuficiencias suprarrenales de erigen palúdico: he visto, en el Brasil, varios casos indudables. Se acentúan estas pigmentaciones en la caquexia palúdica. Para el diagnóstico del paludismo, (Þ).

     C) Sífilis. Las discromías (melanodermias, leucodermias) producidas por la sífilis, son, en general, bien diagnosticables por el conjunto del cuadro clínico. La sifílide pigmentaria puede aparecer como una coloración oscura difusa, poco intensa, o como manchas aisladas morenas, o como un retículo difuso, irregular, de este mismo color. Se observa principalmente en el cuello. Rara vez adopta la disposición de extensas manchas leucodérmicas de aspecto vitiligoide o de vitíligo verdadero. La sospecha de la sífilis y las consiguientes investigaciones serológicas son una actitud rutinaria en todo clínico en presencia de manchas de este tipo. Hoy es raro, como todas las formas de sífilis.

     D) Lepra. Las lesiones pigmentarias de la lepra se presentan raramente como problema diagnóstico al clínico general. En la forma maculoanestésica de la enfermedad aparecen las lesiones cutáneas, generalmente en la superficie de extensión de los miembros y en el dorso del tronco; son manchas redondeadas, de límites, ya netos, ya imprecisos, más o menos regulares y simétricas, de color variable desde el rosado o rojizo hasta el violáceo o pardoscuro. Pueden ser también anulares, policíclicas, con los bordes rojoscuros y el centro amarillento o blancuzco. Otras veces son completamente acrómicas (lepra blanca). Las manchas coinciden casi exactamente con la anestesia. Sobre los otros síntomas de esta enfermedad, (Þ).

     E) Kala-azar («fiebre negra»). Pigmentación gris o negruzca de la piel en las manos, pies y abdomen, en forma de manchas. Es inconstante: más frecuente en personas de raza blanca y países endémicos como la India. Se acompaña de pápulas, vesículas y úlceras. Búsquese esplenomegalia, anemia y otros síntomas.



  • sifílide pigmentaria

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