Eritema del pudor y eritemas emocionales.

Eritema del pudor y eritemas emocionales.  El sentimiento del pudor se revela por un enrojecimiento en la cara y, a veces, en el cuello y plano anterior y superior del tórax. Este rubor es un fenómeno normal debido a un reflejo de los centros vasomotores, condicionado por una representación psíquica de sentido acusatorio o de vergüenza. Su relación fundamental con la sexualidad se demuestra por la frecuencia con que aparece en la pubertad y desaparece al hacer estable la vida genital; pero, por extensión, el rubor —que ya no sería exacto llamar pudor— puede aparecer en cualquier otro momento emocional, casi siempre con el mismo sentido acusatorio y defensivo. Aun cuando el pudor indica, por tanto, una sensibilidad loable ante estímulos anormales de orden moral, puede llegar a convertirse, por lo que tiene de involuntaria acusación, en una preocupación para el que lo sufre; esta preocupación condiciona, a su vez, la fácil aparición del reflejo, produciéndose los estados de eritrofobia que afectan a muchos jóvenes, sobre todo del sexo masculino (en el femenino, el pudor es más bien un atractivo y no produce estos estados de obsesión). La eritrofobia dura, a veces, hasta bastante avanzada la juventud. Indica una irritabilidad vasomotora grande y un tipo de reacciones de la conciencia muy exageradas. Generalmente coincide con estados de timidez.

     En la mujer, cuando se acerca el climaterio, pueden reaparecer de nuevo las reacciones eritematosas emocionales. En esta edad, a la inversa que en la pubertad, es en ella mucho más frecuente que en los hombres. Aparece, entonces, en forma de enrojecimientos difusos, frecuentemente amapados, más que en la cara, en la parte superior del tórax y cara anterior del cuello, en la región del escote; a veces, ante la menor emoción y no sólo ante las sexuales. Este eritema menopáusico puede ser independiente del que acompaña a los sofocos, aun cuando ambos fenómenos suelen coincidir en un determinado tipo de mujeres nerviosas. El eritema emocional es, a veces, un signo precoz del climaterio.