Dismenorrea.
Dismenorrea. Se llama así a la menstruación dolorosa. Sus causas pueden ser múltiples. El diagnóstico general es muy fácil, por su coincidencia con el período, su carácter cólico, su localización generalmente hipogástrica, o bien lateral, ovárica, con repercusiones, a veces, lumbares. Las mismas mujeres hacen este diagnóstico, casi siempre sin equivocarse. La única causa de error es confundir la dismenorrea con otros dos órdenes de dolores que pueden aparecer en la ocasión menstrual: el recrudecimiento de los dolores debidos a la congestión de órganos abdominales enfermos en los días premenstruales (por ejemplo, apendicitis crónicas, colitis o ileítis, etc.); y los dolores viscerales de tipo espasmódico (intestinales, quizá vesiculares) que aparecen en otras mujeres en esta fase promenstrual, formando parte del síndrome de tensión premenstrual (Þ). Examinaré las principales causas de la dismenorrea:
A) Dismenorrea por defectos congénitos del aparato genital:
1. De estos defectos, el más frecuente es la hipoplasia uterina. Es clásico suponer que la dismenorrea se debe, en buen número de casos, a una hipoplasia del útero, generalmente combinada con anteflexión. Este estado uterino produciría la difícil evacuación de la sangre y su retención en el órgano, que se contraería en forma cólica, dolorosa. Pero el hecho es que los dolores ocurren muchas veces en las horas premenstruales, antes de que el flujo aparezca; y, además, por pequeño que sea el útero y su canal cervical, casi nunca lo son suficientemente para impedir la expulsión de la sangre, que, por otra parte, en estos casos de hipoplasia no suele ser muy copiosa. Parece más verosímil que el dolor se produzca por la incapacidad del útero débil para mantener su tensión elástica ante la congestión venosa premenstrual, dilatándose, pues, pasivamente y doliendo a consecuencia de la dilatación congestiva de sus paredes. Cualquiera que sea el mecanismo, lo cierto es que la dismenorrea coincide bastantes veces con el útero hipoplástico y se puede curar al desarrollarse éste.
2. Otras malformaciones. Todas ellas pueden ser causa de dismenorrea. He visto dos casos en los que, tras múltiples diagnósticos, se halló un útero doble. Esta hipótesis debe tenerse presente en los casos graves y resistentes. La endometriosis, es decir, la implantación ectópica de tejido endometrial, puede ser responsable de dolores paramenstruales de localización distinta según su topografía.
B) Dismenorrea por alteraciones adquiridas del aparato genital. El examen ginecológico descubre, en otros casos, diversas enfermedades, adquiridas, del aparato genital:
1. Endometritis, caracterizadas por sus antecedentes de infección local, metrorragia, leucorrea, lumbalgia, útero de tamaño normal o ligeramente aumentado, aspecto típico de la mucosa.
2. Cambios de posición, principalmente retroversión y flexión.
3. En el mioma uterino hay también dismenorrea en el 40 por 100 de los casos. Otros síntomas: (Þ).
4. Salpingitis, salpingoovaritis, anexitis: antecedentes infecciosos (gonocócicos, tuberculosos, puerperales). Sobre sus síntomas, (Þ y Þ). La dismenorrea no tiene, en estos casos, carácter cólico, sino más bien continuo, a veces con repercusión peritoneal y general que recuerda al abdomen agudo. Son estos accidentes más frecuentes en los casos de inflamaciones crónicas poco graves, que en las inflamaciones intensas, agudas.
C) Dismenorrea en la apendicitis, tiflitis, sigmoiditis. Ya he dicho que las lesiones crónicas de estos órganos no genitales, pueden presentar durante la congestión premenstrual dolores que recuerden mucho a los dismenorreicos y muchas veces se interpretan como tales. Se diagnosticarán por el antecedente de esas otras lesiones; por la comprobación de la normalidad del aparato genital; por la leucocitosis y aumento de la eritrosedimentación; y por el dolor congestivo y no cólico.
D) Dismenorrea en la tetania. En algunas mujeres tetánicas hay gran dismenorrea, que puede interpretarse como una forma de tetania visceral (Þ). Para algunos autores, bastantes dismenorreas, aun en mujeres sin síntomas tetánicos, se deberían al hipoparatiroidismo frecuente en la crisis premenstrual (véase más adelante). Lo cierto es que hay casos, evidentes, de dismenorrea con hipocalcemia; pero en otros casos, se encuentra una clara hipercalcemia. La tetania puede originar otros dolores cólicos, genitales, fuera de la menstruación.
E) Dismenorreas de origen nervioso. En un grupo de casos de dismenorrea no se encuentra lesión alguna, pero sí un estado nervioso anormal. Se trata casi siempre de estados neuróticos, acompañados de síntomas importantes neurovegetativos o, como acabo de decir, con espasmofilia (Þ). Estos estados neuróticos se relacionan muchas veces con la existencia de una vida sexual inadecuada y el eco psíquico consiguiente; sobre todo con estados de soltería forzada; en estas mujeres, la dismenorrea tiene el sentido de valorar socialmente su sexualidad; y esta valoración compensadora se fija en el acto más llamativo, en la menstruación, despertando la atención, el cuidado y la compasión de los que rodean a la mujer. Son muy frecuentes estas manifestaciones de dismenorrea psicógena en mujeres con ovario poliquístico. Para algunos autores esta forma de dismenorrea nerviosa es la más frecuente; y aun en casos de lesión, hay que contar siempre con el factor psicógeno.
F) Dismenorrea membranosa. El dolor, en ciertas raras formas de dismenorrea, se acompaña de la secreción de un molde membranoso de la cavidad uterina, hueco o macizo. No puede considerarse como una forma especial de la dismenorrea, pues se presenta en cualquiera de los grupos anteriores, por razones secretorias, locales, no bien conocidas.
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