Arteriosclerosis localizada.

Arteriosclerosis localizada.  Son las localizaciones especiales las que dan carácter al cuadro arteriosclerósico. Suelen coexistir con los signos generales de la arteriosclerosis, que acabo de comentar; pero es importante saber que pueden existir graves localizaciones arteriosclerósicas en un determinado órgano, sin manifestaciones de esclerosis arterial generalizada; es, por ejemplo, frecuente ver accidentes de esclerosis cerebral o coronaria o renal en individuos con la aorta y el resto de las arterias accesibles a la exploración sanas, con miocardio suficiente, con tensión arterial perfecta, etc.

    Las principales formas de la arteriosclerosis localizada son las enumeradas a continuación:

     A) Arteriosclerosis de la aorta torácica (impropiamente, aortitis esclerósica) (Þ).

    B) Esclerosis del miocardio, miocardosis esclerósica (impropiamente, miocarditis esclerósica) (Þ). Sobre sus manifestaciones más importantes, la angina de pecho y el infarto de miocardio, (Þ).

     C) Arteriosclerosis del sistema nervioso central (Þ).

     D) Esclerosis de la aorta abdominal (Þ). El síndrome de Leriche consiste en la obliteración progresiva, por trombosis arteriosclerótica, de la aorta terminal y de la bifurcación, con isquemia distal de ambas piernas.

     E) Esclerosis de las arterias renales, riñón esclerósico. Se manifiesta por la hipertensión (Þ) y la esclerosis renal secundaria (Þ), con insuficiencia funcional.

    F) Esclerosis de las arterias periféricas. Sus principales síndromes son:

     1. La esclerosis difusa de las arteriolas produce el síndrome de la hipertensión (Þ); se acompaña, generalmente, de esclerosis renal, que contribuye a la hipertensión.

     2. La claudicación intermitente (Þ).

     3. La gangrena de las extremidades (Þ).

    G) Esclerosis de las arterias pulmonares. Da lugar al síndrome del cardiaco negro (Þ).