Tumoraciones uterinas.
Tumoraciones uterinas. Su situación hipogástrica, su continuidad hacia el interior de la pelvis y los síntomas genitales, casi constantes, hacen fácil su diagnóstico.
A) El útero grávido sólo plantea problemas de diagnóstico en los casos en que la mujer oculta o ignora su embarazo. Estos problemas los resuelve hoy, casi siempre, la reacción de Ascheim-Zondek (Þ), y también (Þ) o las equivalentes, más usadas actualmente, de Galli-Mainini o similares. Últimamente se han simplificado estas pruebas utilizando partículas de látex que tienen la propiedad de absorber el suero con anti-HGC. De esta manera, al añadir unas gotas de orina de embarazaba al látex con anti-HGC, se producirá una aglutinación de las partículas que es perfectamente visible. Este método inmunológico directo puede detectar la gestación muy precozmente (5-7 días de retraso) y se obtiene el resultado en dos minutos (Botella Llusiá). Todos los médicos han tenido que plantearse alguna vez este diagnóstico diferencial con quistes ováricos, con fibromiomas, etc. Es especialmente interesante el diagnóstico diferencial con el falso embarazo. Aparece éste a favor de varios fenómenos orgánicos y funcionales, casi siempre en un ambiente de convicción de la enferma, que obedece a razones psíquicas importantes, por lo que he llamado a esta afección complejo psiquicofísico del falso embarazo. Se trata por lo común, de mujeres que o bien desean profundamente el embarazo (por atraer al presunto padre, por razones económicas, porque certifica su juventud: este último, muy frecuente en la edad climatérica); o que lo temen profundamente (solteras o casadas que han tenido relaciones no oficiales o extramatrimoniales). Otras veces se trata de mujeres tranquilas, multíparas, que llegan en plena fecundidad a la menopausia y creen, de buena fe, que ésta es un embarazo más. Los síntomas orgánicos y funcionales en que se apoya la falsa idea del embarazo son:
1. En mujeres climatéricas la supresión de la regla, el aumento de la grasa abdominal menopáusica, los fenómenos nerviosos de esta edad (entre ellos grandes movimientos intestinales que se interpreten como actividades fetales), quizá aumentos miomatosos del útero y secreciones serosas por el pezón (Þ) con aumento de la mama, fenómenos todos posibles en la edad involutiva.
2. En mujeres jóvenes, con insuficiencia ovárica, la supresión de la regla (que puede producirse por la emoción sexual); a veces tumores hipogástricos, uterinos u ováricos, en relación con la misma insuficiencia ovárica, no raramente acompañados de pigmentaciones de la cara que recuerdan el cloasma gravídico (Þ).
B) Mioma; fibromioma. Son tumores hipogástricos que pueden alcanzar altura considerable, hasta por encima del ombligo. Su tamaño y consistencia recuerdan mucho al útero grávido; pero otras veces ofrecen nódulos, por lo común voluminosos, accesibles a la palpación. La frecuente coexistencia del fibroma con hemorragias copiosas con la edad climatérica, etc., ayuda al diagnóstico exacto. No es raro que se acompañe y haya sido precedido de dismenorrea y otros síntomas de tensión premenstrual (Þ), explicable por el factor hiperfoliculínico existente en las mujeres miomatosas y causa importante de su patogenia. El mioma se asocia en muchas ocasiones con bocio simple, menos veces con bocio e hipertiroidismo o con formas primitivas centrales del hipertiroidismo; así como con tendencia a la glucosuria (síndrome bocio-mioma-glucosuria). Es menos común que a este síndrome se asocie la hipertensión. Lo más importante es diferenciar el mioma o fibromioma de la degeneración maligna de este tumor. La exploración ginecológica es indispensable.
C) Lesiones malignas del útero. Su diagnóstico casi nunca se plantea al explorar el abdomen, sino a partir de los síntomas generales y hemorrágicos (Þ). No obstante, el sarcoma del útero es, a veces, hallazgo de la exploración abdominal; yo lo he encontrado dos veces en mujeres que se quejaban de molestias abdominales y no habían consultado al ginecólogo. Suele aparecer sobre úteros fibromiomatosos. Siempre que un tumor fibromiomatoso crece rápidamente, debe sospecharse una posible degeneración sarcomatosa, que confirma, generalmente, la laparotomía. Otras veces, el hallazgo del sarcoma se hace en la operación de un supuesto fibroma inocente.
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