Tumoraciones que asientan en la pared abdominal.

Tumoraciones que asientan en la pared abdominal.  Generalmente, es su diagnóstico fácil. Para distinguirlas de las intraabdominales basta con hacer contraer la «cortina» muscular —levantando la cabeza, el enfermo en decúbito supino— que oculta a estas últimas. Las más importantes son:

     A) Edema de la pared, generalmente acompañado de otros edemas (Þ). Parece, teóricamente, imposible; pero en la práctica ocurre alguna vez que un edema parietal se interprete como tumor.

     B) Enfisema de la pared. Es raro; fácil de diferenciar por la crepitación de la región tumefacta. Sobre sus causas, (Þ).

     C) Grasa subcutánea. La localización de la grasa puede ser muy intensa y circunscrita en el abdomen, constituyendo verdaderos lipomas difusos. En ciertos casos de lesiones hipofisarias o en mujeres climatéricas (probablemente, en éstas, por ese mismo mecanismo hipofisario) se producen tales acúmulos, que los propios enfermos, y a veces los médicos, lo confunden con embarazo (cuando coincide con la supresión de la regla): (Þ), con tumores (cuando coincide con hemorragias, leucorreas, adelgazamiento). No hay que decir que con poca atención se deshace el error.

     D) Hernias. Fáciles de diagnosticar.

     E) Abscesos de la pared. Pueden aparecer: por emigración de osteítis tuberculosas vertebrales, o bien por supuraciones de distintos orígenes de la pared misma. Su diagnóstico es siempre evidente (Þ).

     F) Hematoma en la vaina de uno de los músculos rectos del abdomen, por ruptura en el curso de una infección o por terapia anticoagulante. Una masa dolorosa se ve y se palpa y luego suele aparecer equimosis cutánea.

     G) Nódulo maligno, duro, enrojecido y prominente, metastásico en neoplasias abdominales. Signo de mal pronóstico.



  • lipomas

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