Ictericias del recién nacido.
Ictericias del recién nacido. Merecen una mención aparte, ya que el recién nacido puede icterizarse por diferentes causas. Es impropio hablar de una ictericia del recién nacido, pues son varias:
A) Ictericia leve o catarral. Afecta a un gran número de niños, a partir del segundo al tercer día, y suele durar una semana, sin decoloración de heces, sin orina pigmentada y sin síntomas generales. Se trata, pues, de una ictericia acolúrica, que tal vez tenga un origen hemolítico (destrucción de hematíes al transformarse la circulación fetal en independiente).
B) Ictericia por hepatitis heredosifilítica. Ya citada (Þ).
C) Ictericia grave del recién nacido. Esta ictericia aparece a las veinticuatro o cuarenta y ocho horas del parto; en los casos más graves, el feto nace ictérico. Suele ser hemorrágica (Winkel) y gravísima. Afecta a varios hijos —respetando muchas veces al primero— y puede acompañarse de signos de diátesis hemorrágica y de distintas anomalías congénitas (labio leporino, espina bífida, riñón poliquístico, etc.). Hoy se considera como debida a la isoinmunización de la madre por el factor sanguíneo Rh, que produce la eritroblastosis del feto con sus tres consecuencias: hidropesía fetal; intensa anemia hemolítica, e ictericia grave. Siempre que se producen fetos ictéricos repetidos, después de un hijo normal, debe pensarse en este origen. Los elementos del diagnóstico son: madre muy abultada, prematuridad reiterada de los partos y frecuencia de accidentes gestósicos, datos todos que pueden faltar; y los serológicos, a saber, en el 92 por 100 de los casos, Rh negativo en la madre y Rh positivo en el padre y en el feto. Pero este problema serológico está aún en fase de estudio, y se sabe ya que la eritroblastosis del feto y sus consecuencias aparecen también, aunque con menos frecuencia, con madre Rh positivo, porque la isoinmunización materna puede producirse por otros antígenos, y no sólo de los habituales. Además, con los datos serológicos típicos (madre Rh negativo y feto Rh positivo) sólo aparecen síntomas patológicos en un 25 por 100 de los casos. Es curiosa la frecuencia de una intensísima eliminación de gonadotrofinas en las madres de fetos eritroblastósicos; por lo que se ha supuesto que la hipófisis pueda intervenir en la génesis del trastorno serológico. Estos fetos eritroblastósicos pueden, además de los tres síndromes típicos —hidropesía, anemia, ictericia—, presentar, simplemente, debilidad congénita o anomalías congénitas múltiples. Sobre la eritroblastosis, (Þ). El diagnóstico se hace con la prueba de Coombs directa, que detecta los anticuerpos fijados en los eritrocitos fetales; o indirecta, es decir, en el plasma, para reconocer los anticuerpos libres. Complicaciones cerebrales: «Kernikterus».
El mecanismo de actuación de los factores hemáticos del grupo Rh, no es éste el lugar de explicarlo. Los hechos conocidos están en constante revisión. Se sabe que el 85 por 100 de los individuos de raza blanca tienen hematíes aglutinables por el suero anti-Rh (Rh +). Si una madre de este grupo Rh + engendra un hijo con una mujer Rh –, el feto heredará del padre su Rh +, y este feto Rh + engendrará en la madre aglutininas anti-Rh, que pasan al feto y hemolizan sus hematíes, dando lugar a la reacción eritroblástica y a los accidentes clínicos descritos. Ya he dicho que los análisis no siempre comprueban este esquema de Levine, y que hay, sin duda, otros factores, quizá muchos, además del citado Rh, capaces de producir la isoinmunización, por ejemplo, otros grupos sanguíneos muy habituales, como el AB. Y aun es posible que otros factores cromosomales o endocrinos, distintos de las aglutininas antigénicas anormales, puedan crear los síndromes que hoy, quizá prematuramente, se identifican con la eritroblastosis.
D) Ictericia por flebitis de la vena umbilical. Fácil de diagnosticar, pues se presenta cuando hay infección del ombligo, y se acompaña, generalmente, de septicemia con fiebre alta e irregular y estado general muy grave.
E) Ictericia por obstrucción calculosa. Rarísima en el niño.
F) Ictericia por estenosis congénita del colédoco. Aparece en el recién nacido, o después de las primeras horas o al cabo de unos días del nacimiento. Al principio da la impresión de la ictericia llamada fisiológica del recién nacido, o de una ictericia infecciosa; pero la persistencia de la ictericia y la gravedad, mortal antes de las tres semanas si hay hemorragias, y antes de los seis meses si no las hay, elimina aquellos diagnósticos. Es indiagnosticable en vida.
G) Atresia biliar extrahepática, que determina una colectasis neonatal completa con hepatomegalia y acolia. A veces puede repararse quirúrgicamente: si el hepático común es permeable.
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