Hipertonía muscular.

Hipertonía muscular.

La hipertonía muscular, en general, se manifiesta por la rigidez de los músculos afectados, con fijación en una actitud permanente de los sectores correspondientes del cuerpo (contracción o contractura; rigidez); la movilización pasiva de tales segmentos (por ejemplo, da una típica sensación de dureza).

La hipertonía muscular tiene varias modalidades patogénicas de gran interés clínico:

A) Hipertonía extrapiramidal.

Forma parte esencial del síndrome extrapiramidal. Las características de esta hipertonía extrapiramidal la separan fácilmente de la hipertonía piramidal; por ejemplo, la de los hemipléjicos, que estudiaré luego.

Estas características son: la hipertonía disminuye o cede durante el reposo, y se exagera por el movimiento —rigidez cinética— (a diferencia de la permanencia de la hipertonía piramidal); afecta principalmente a la raíz de los miembros (la de los hemipléjicos, principalmente a los músculos distales); afecta, en el segmento interesado, a todos los músculos (y no, como en las piramidales, a un grupo de ellos: o flexores o extensores); no se acompaña de exageración de los reflejos tendinosos (sí en las piramidales); los músculos de la cara y del tronco son rara y levemente afectados (frecuente e intensamente, en la hipertonía piramidal); no es influida por la voluntad, pero sí por las emociones (éstas no influyen en la piramidal); ciertos medicamentos, como la escopolamina, la hacen ceder (no a la piramidal).

Es, además, plástica, es decir, ofrece la misma resistencia en todo el curso del movimiento pasivo: rigidez «en tubo de plomo». La hipertonía extrapiramidal puede ser unilateral, pero generalmente es bilateral. Determina un aspecto especial del enfermo: cara amímica, cabeza flexionada, tronco inclinado hacia adelante, brazos pegados al tronco, antebrazos flexionados, dedos apiñados, pies con tendencia a la actitud varoequina; los movimientos espontáneos son muy lentos (bradicinesia); signo de la rueda dentada positivo.

(Se entiende por signo de la rueda dentada la sensación de sacudida entrecortada, que produce la extensión pasiva del antebrazo sobre el brazo de estos enfermos, comparable, en efecto, a la de dos piezas sobre una rueda dentada y bien distinta de la sensación de suavidad que este mismo movimiento pasivo produce cuando se explora en un sano).

Se observa la hipertonía extrapiramidal:

1. En los síndromes parkinsonianos postencefalíticos; en la parálisis agitante senil (Parkinson); en la degeneración hepatolenticular (Wilson); en otras encefalitis, además de la letárgica; por ejemplo, la sifilítica; en los síndromes pedunculares que afectan al locus niger. También en la degeneración hepatocerebral adquirida (Víctor y Adams) de los cirróticos, parecida a la enfermedad de Wilson pero sin alteraciones del cobre. Igualmente en las distonías de torsión, extrapiramidales. Existe una forma rígida, variable del corea de Huntington.

2. En varias intoxicaciones que afectan a los centros mesencefálicos: sulfuro de carbono, óxido de carbono y, sobre todo, manganeso; esta última da lugar a un síndrome caracterizado por hipertonía muscular difusa, temblor, balbuceo y monotonía de la palabra, amimia, risa y llanto espasmódicos; en suma, un cuadro idéntico al de la enfermedad de Parkinson; a veces acompañada de cirrosis hepática.

3. En los estados descritos con el nombre de espasmo de los músculos voluntarios hay hipertonía muscular extrapiramidal importante.

B) Hipertonía piramidal.

En las lesiones piramidales se produce, después de una fase de hipotonía, una hipertonía que determina el típico fenómeno de la espasticidad. Acabo de enumerar los caracteres diferenciales entre esta hipertonía y la extrapiramidal; en resumen, recuérdese que la piramidal es «electiva» —unos grupos musculares más que otros— y «elástica»: aumenta al intentar forzarla.

En el miembro superior, la contractura piramidal suele hacerse en flexión (hombro descendido, brazo en ligera aducción y rotación interna, antebrazo en flexión o pronación, muñeca cerrada, puño cerrado con el pulgar en aducción y oposición); en el miembro inferior, la hipertonía afecta a los músculos extensores: el muslo está extendido sobre la pelvis y la pierna sobre el muslo; el pie, en extensión y rotación interna.

La hipertonía piramidal se observa: en la hemiplejía cerebral, cualquiera que sea su origen en las hemiplejías infantiles es mucho menos frecuente en la paraplejía espasmódica del adulto y del niño en la esclerosis en placas en la esclerosis lateral amiotrófica en las piernas.



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