Fístulas tuberculosas.

Fístulas tuberculosas.  Las lesiones tuberculosas supuradas (abscesos fríos) de los distintos órganos, cuando se vierten al exterior, tienden a establecer fístulas atónicas, de gran tendencia crónica, de rebordes duros, rojizos o lívidos, muy característicos, de cicatriz deforme e indeleble:

    A) Las más frecuentes son las consecutivas a las adenopatías tuberculosas, sobre todo del cuello, también de la axila, de las ingles, etc.; muchas veces, asociadas a ulceraciones superficiales, escrofulosas, en los niños y jóvenes linfáticos. Pueden presentarse también en la tuberculosis ganglionar de los viejos, no excepcionales. Son típicas las cicatrices retráctiles.

     B) Las osteítis u osteoartritis tuberculosas pueden ser también origen de fístulas típicas: pie, mano, sacro, etc. (Þ).

     C) Frecuentemente, no siempre, la fístula anal es de naturaleza tuberculosa.

     D) La epididimitis tuberculosa es causa frecuente de fístulas, generalmente en la parte posterior del polo inferior del testículo.



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