Disminución o desaparición de la matidez hepática.

Disminución o desaparición de la matidez hepática.  En bastantes ocasiones, la percusión da la impresión de que el hígado está disminuido, pues la matidez aparece reducida o desaparecida, sin que, en realidad, haya alteraciones del tamaño del órgano. Las principales causas de este síntoma son:

     A) Enfisema pulmonar. Cuando es muy intenso, la lámina inferior del pulmón oculta la matidez hepática superior; pero como, a la vez, hace descender el órgano, que, además, se suele congestionar por insuficiencia circulatoria secundaria, puede palparse bien y evita este grosero error. Otros síntomas: (Þ).

     B) Meteorismo abdominal. Cualquiera que sea la causa de éste (Þ), hace bascular el hígado sobre su eje transversal, disminuyendo la superficie de contacto con la pared anterior del abdomen y dando, por tanto, a la percusión, la impresión de una disminución del tamaño del órgano. En casos extremos de meteorismo, la matidez hepática puede desaparecer por completo. Cuando el meteorismo se debe a una peritonitis, puede plantearse el diagnóstico de la perforación, de la que ahora hablaré.

     Meteorismo del colon, unido a hepatoptosis, pueden condicionar la interposición de aquél entre cúpula diafragmática derecha e hígado (síndrome de Chilaiditi) con desaparición de la matidez hepática y claridad radiológica subdiafragmática, en bipedestación, que puede recordar la imagen del neumoperitoneo por perforación: se distingue por las haustras. Se trata de un hallazgo banal.

     C) Neumoperitoneo por perforación gástrica o intestinal. En ellas (Þ) el aire, liberado en la cavidad peritoneal, se acumula delante del hígado y la matidez de éste desaparece. A este signo, que se consideraba como fundamental para el diagnóstico de la perforación, hay que darle sólo un valor relativo, ya que, como hemos visto, el simple meteorismo puede hacer desaparecer también la matidez, y ya que puede haber perforaciones en peritoneos tabicados, en los que el aire no llega hasta la región hepática, persistiendo, por tanto, la matidez.

     D) La ascitis puede, si es copiosa, colocar al hígado en posición de canto, levantando su borde inferior y parecer menor a la exploración.