Disminución (hipoosmia) o anulación (anosmia) del olfato.

Disminución (hipoosmia) o anulación (anosmia) del olfato.

      A) Hay muchas personas normales con poco o ningún olfato, tal vez a consecuencia de procesos inflamatorios ocurridos en las primeras edades.

     B) Normalmente, el olfato suele disminuir o desaparecer a partir de la época climatérica. Los hombres y mujeres no suelen darse cuenta de este fenómeno, poco investigado. Es un dato interesante, pues el olfato representa en la evolución filogénica un elemento importante en el fenómeno de la atracción sexual; en el hombre ha perdido importancia, con relación al animal, pero aun así es considerable; la anulación climatérica del olfato es, pues, un signo más de declinación de la sexualidad.

     C) Todas las lesiones agudas y crónicas de las fosas nasales pueden producir hipoosmia o anosmia infecciones, rinitis alérgicas, etc., obstructivas o con destrucción de la mucosa pituitaria y sus receptores olfatorios.

     D) En enfermedades nerviosas:

     1. En muchas lesiones del sistema nervioso central (hemorragia, reblandecimiento, traumatismo, etc.) existe este síntoma. Es típico en los tumores del lóbulo frontal —gliomas y otros, en su cara inferior— en la tabes, en la parálisis general y en la neuritis del trigémino.

     2. Es síntoma interesante en los meningomas olfatorios que se forman en torno de la apófisis crista-galli con lesión de la lámina cribosa y alteración de los bulbos o de los tractos olfatorios. Otros síntomas: cefalea interorbitaria, gravativa; trastornos oculares (por compresión de las vías oculares); trastornos mentales.

     E) La anosmia puede ser un síntoma histérico.

     F) Se cita en los heredosifilíticos (era, probablemente, el caso de Felipe II).

     G) En algunas intoxicaciones, como la salvarsánica.

     H) En el albinismo, de modo congénito, frecuentemente.

     I) Existe anosmia o hipoosmia en el hipogonadismo hipogonadotrófico suprapituitario congénito, es decir, de origen hipotalámico (síndrome de Kallman) descrito en 1849 por Maestre de San Juan en España: atrofia de nervio y bulbo olfatorios, testículos y pene pequeños.