Discordancia de las tensiones máxima y mínima.

Discordancia de las tensiones máxima y mínima.  Resumiré los datos ya enunciados en los párrafos anteriores sobre el valor diagnóstico de las discordancias entre ambas tensiones. La relación normal es, poco más o menos, ésta: la mínima es igual a la mitad de la máxima, más 1 o 2 (por ejemplo: máxima, 16; mínima, 9 o 10).

     A) El paralelismo de las dos tensiones indica, en general, un buen equilibrio circulatorio, aun dentro de la hipertensión o de la hipotensión.

     B) La convergencia de las dos tensiones puede deberse a elevación de la mínima, con máxima normal o moderadamente elevada; o a disminución de la máxima conservándose normal la mínima:

     1. La elevación excesiva de la mínima suele indicar debilidad del ventrículo izquierdo y acompañarse de ruido de galope y extrasístoles. Se presenta en la hipertensión, sobre todo en la de la plétora y en las renales; y en la descompensación cardiaca.

     2. En la estrechez aórtica hay también convergencias de las tensiones por descenso de la máxima, conservándose la mínima. Tiende a caer la máxima con relación a la mínima, en la hipertensión «decapitada» por insuficiencia cardiaca.

     3. «Pinzada» la tensión diferencial, con pulso filiforme en el colapso y en el shock.

     4. En la pericarditis constrictiva también está reducida la amplitud de la tensión diferencial. Igualmente en los grandes derrames pericárdicos a tensión.

     5. Menos patente en la estenosis mitral, tricúspide y pulmonar.

     6. En las grandes taquicardias.

     C) La divergencia de las dos tensiones es típica de la insuficiencia aórtica y en el síndrome cardiaco hipercinético por descenso de la mínima y ascenso de la máxima. En el pulso lento permanente la mínima desciende y hay también discreta disparidad tensional.

     También aumenta la tensión diferencial en el conducto arterioso persistente y en las grandes fístulas arteriovenosas. Por otra parte, en el hipertiroidismo.