ANEURISMA DIÁGNOSTICO 2 parte

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Diagnóstico etiológico.
He aquí las posibilidades habituales:
     A) Sífilis. Durante muchos años se han considerado, prácticamente, la totalidad de estas lesiones como sifilíticas. Hoy existe una reacción que reduce al 50 por 100, o menos, la contingencia de esta etiología; creo que es más alta; en mi estadística (126 casos de aneurisma) el 62 por 100 eran seguramente sifilíticos. El aneurisma sifilítico se debe a la ruptura de la túnica media. Afecta principalmente a la aorta ascendente y al cayado. Se sospechará por los antecedentes y reacciones positivas, aunque ambos datos pueden ser negativos, por lo que está justificado el ensayar un tratamiento antisifilítico de prueba en todo aneurisma que no tenga una etiología muy clara (por ejemplo, traumática o endocardítica).
     B) Arteriosclerosis. La arteriosclerosis produce con mucha mayor frecuencia la dilatación difusa de las arterias de gran calibre, como la aorta, con endurecimiento de sus paredes, que el aneurisma; pero puede dar lugar también a la fractura de la túnica media con aneurisma. Sucede esto en un 20 por 100 de los casos de aneurisma; pero en un grupo de estos casos queda la duda de una posible sífilis anterior a la esclerosis vascular. El diagnóstico se fundará en la ausencia de sífilis, en la edad avanzada y en los otros síntomas de arteriosclerosis .
     La proporción sífilis-arteriosclerosis en la etiología de los aneurismas varía con su localización: sobre 500 casos (estadística de De Bakey) el 40 por 100 era luéticos en la aorta torácica y 95 por 100 arterioscleróticos entre los abdominales.

     C) Aneurisma por arteritis infecciosa. En el curso de las septicemias, y sobre todo en la endocarditis bacteriana subaguda, pueden aparecer aneurismas varios y pequeños llamados micóticos; en algunos casos son ellos los que ponen sobre la pista de la endocarditis . Pero existen aneurismas micóticos primitivos, por infección de un aneurisma aórtico con gérmenes variados, incluso penetrando la pared y formando un absceso paraórtico.
     D) Aneurisma congénito. Se caracteriza por su precoz aparición y por ser, por lo común, múltiple. Muy raro. Su localización más frecuente es la intracraneal.
     E) Aneurismas traumáticos. Hay que distinguir:
     1. El aneurisma de esfuerzo, que casi siempre supone la previa existencia de una lesión arterial (sifilítica, arteriosclerósica, congénita).
     2. El aneurisma por herida (arma blanca, proyectil), de diagnóstico evidente. Estos traumatismos dan lugar, a veces, al aneurisma arteriovenoso.

    F) Aneurismas en la periarteritis nudosa.   G) Microaneurismas en la angiopatía diabética, visibles en la retina a menudo.



  • el aneurisma sifilitico afecta principalmente a

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