Alcalosis.
Alcalosis. La alcalosis tiene una importancia clínica más discreta que la acidosis. En los organismos sensibles se acusa por vagos síntomas difíciles de interpretar, principalmente neuropsíquicos: anorexia, astenia, vértigo, parestesias, estado nauseoso, obnubilación intelectual, estados confusionales, trastornos del habla, signos piramidales mioclonías; síntomas que, además, reproducen, en pequeño, los del estado opuesto, los de la acidosis. No hay, como en la acidosis, tendencia a la deshidratación, sino por el contrario, en un grupo de alcalosis hay tendencia a la hidratación excesiva de los tejidos. Sólo se manifiesta con precisión la alcalosis cuando aparece la tetania, que puede ser, en efecto, un síntoma de alcalosis, aun cuando, tal vez, requiera actuar sobre organismos predispuestos (Þ). La sospecha clínica de la alcalosis se confirma, como he dicho, por la elevación del pH y, sobre todo, en la práctica corriente, por la elevación de la reserva alcalina, con las mismas causas de error que ya he señalado al hablar de la acidosis.
Los principales estados alcalósicos que se presentan en clínica son los siguientes:
A) Alcalosis metabólica. Obedece a una pérdida de hidrogeniones o a un aumento de bases, con acumulación de bicarbonato especialmente:
1. Alcalosis en las estenosis del píloro o de las porciones altas del intestino, con vómitos muy copiosos, que, a consecuencia de la pérdida intensa del ácido clorhídrico (hipocloremia) dan lugar a la alteración alcalósica. Suele llamarse alcalosis por sustracción o por déficit de ácidos. Es típico de estos estados una intensa hiperazoemia. La hipocloremia (Þ), la hiperazoemia (Þ) y la elevación de la reserva alcalina, permiten diferenciar el síndrome de otros estados en que se presentan también vómitos incoercibles, como los vómitos acidósicos de los niños, los vómitos peritoníticos, etc. Hay que contar, no obstante, con la posibilidad de que las alcalosis por estenosis pilórica, como dan lugar a inanición, pueden, por esta vía, inducir al organismo a la acidosis. En un cierto número de casos, esta alcalisis digestiva da lugar a tetania.
Las lesiones que principalmente producen la alcalosis intestinal son:
a) Estenosis pilórica: (Þ).
b) Oclusión intestinal aguda, alta: (Þ).
c) En ciertas gastroenteritis agudas, infantiles, con vómitos intensos y ácidos. Este mismo proceso, si en lugar de los vómitos predomina la diarrea, con intensa deshidratación y pérdida del ion Na, puede producir, en cambio, acidosis, como ya he dicho (Þ).
d) En los lavados y aspiraciones gástricas, reiterados o continuos.
2. Alcalosis en las hepatitis agudas ictéricas. Pueden acompañarse de hipocloremia e hiperazoemia con alcalosis. Sobre este síndrome, (Þ).
3. Alcalosis en muchos sujetos hipoalimentados: hallazgo frecuente en la actualidad.
4. Alcalosis en los estados alérgicos: muy inconstante.
5. En el síndrome de alcalosis hipoclorémica por arrastre exagerado de Cl con el K en los casos de pérdida primaria de potasio a través del tubo digestivo o del riñón: síndrome de Cushing, de Bartter, hiperaldosteronismo primario, rehidratación sin potasio en vómitos y diarreas, administración excesiva de diuréticos (furosemida, tiazidas, etc.).
El síndrome de Liddle, considerado como hipersensibilidad a la aldosterona, cursa con alcalosis e hipopotasemia, pero actualmente se atribuye a un defecto tubular renal (responde al triamterene y no a la espiranolactona).
6. En la administración excesiva de alcalinos por vía oral o parenteral o de sales sódicas de ácidos orgánicos (lactato o citrato sódico), perfusiones con bicarbonato, síndrome de Burnett (leche y alcalinos en exceso), etc.
B) Alcalosis respiratoria: Alcalosis por hiperventilación pulmonar. La respiración muy profunda y prolongada produce una pérdida desmesurada de CO2 de la sangre, con alcalosis consiguiente. Esta alcalosis gaseosa se caracteriza porque el pH de la sangre está muy aumentado, pero, en cambio, la reserva alcalina (es decir, la tensión del CO2 sanguíneo) está disminuida. La orina es alcalina. Esta alcalosis puede acompañarse de fenómenos, más o menos marcados, diversos fenómenos nerviosos, o de tetania o de tipo epiléptico. Se observa en los casos siguientes:
1. La hiperventilación voluntaria basta para que aparezca, en cualquier normal, la alcalosis y los signos iniciales de la espasmofilia; y, en los individuos con tetania latente, el ataque de tetania típico.
2. En las formas respiratorias de la encefalitis letárgica hay una hiperventilación involuntaria, con alcalosis y a veces iniciación de tetania. También en otros procesos con irritación del centro respiratorio: traumas, inflamaciones, tumores, etc., por lesiones cerebrales.
3. En los estados de anoxia, con frecuencia acompañados de acidosis gaseosa, se produce una hiperventilación involuntaria compensadora, que si se exagera, puede ocasionar alcalosis. Así vemos, en efecto, tendencia alcalósica en el mal de las alturas (Þ). Esta alcalosis frena, a su vez, la respiración. La anoxia se acompaña, a veces, de respiración de Cheyne-Stokes, que se podría explicar por esta acción alternativa de la excitación respiratoria de la acidosis y la inhibición respiratoria de la alcalosis. En las hiperpirexias, anemias importantes, anoxias por shunt, puede aparecer la hiperventilación con alcalosis.
4. Es posible que en los enfermos que respiran con pulmón de acero (poliomielíticos, etcétera), un exceso en la intensidad del ritmo, muy difícil de regular, pueda ser responsable de accidentes de confusión mental, excitabilidad, mioclonías, etc.
5. El síndrome de hiperventilación es una complicación frecuente de la «disnea suspirosa» propia de los estados de ansiedad en neuróticos. Añade a los síntomas de ésta, sensación de cabeza ligera, vértigos, hormigueo en los miembros, incluso lipotimia y fenómenos de tetania.
6. En la insuficiencia respiratoria con hipocapnia que puede presentarse cuando dominan los defectos de perfusión o difusión, con ventilación normal o exagerada.
- importancia clinica de la alcalosis
alcalosis gaseosa
- alcalosis quimica
- IMPORTANCIA CLINICA DE LA ACIDOSIS
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