Tartamudez.

Tartamudez.  Es un síntoma bien conocido: el comienzo de una palabra, al iniciarse una frase o en el transcurso de la conversación, se hace bruscamente difícil, repitiendo el tartajoso la primera sílaba de la palabra detenida, rápidamente, en forma explosiva (tartamudez clónica); después, la frase se continúa con normalidad. En otros casos, una palabra se hace, de repente, imposible de ser pronunciada por un breve espacio de tiempo, durante el cual el tartamudo hace un esfuerzo, a veces con expulsión de aire silbante por la boca, hasta que, al fin, la palabra es pronunciada en forma rápida (tartamudez tónica). En ambos casos, el esfuerzo puede acompañarse de guiños, gestos faciales, trastornos vasomotores, etc. El tartamudeo clónico puede ir seguido, al cabo de un tiempo, del tónico; el tipo tónico no se convierte nunca en clónico.

     Se ha achacado la tartamudez en muchos casos a defectos puramente mecánicos en la emisión de la palabra (exceso de rapidez en esta emisión, tono inadecuado, insuficiencia respiratoria, etc.). Lo probable es que se deba siempre a un trastorno nervioso de génesis y significado muy parecidos a los tics (Þ); revela casi siempre una disposición nerviosa que en una misma familia se puede manifestar, en distintos individuos, por trastornos diversos. Afecta casi exclusivamente al sexo masculino: es difícil explicar esta curiosa preferencia. Los zurdos tienen predisposición a padecerlas. En ciertos casos, su comienzo es emocional (aunque algunos autores, creo que sin razón, lo niegan) y representa una actitud defensiva (por ejemplo, como recurso evasivo al dar la lección en la escuela), desvaneciéndose con el tiempo o persistiendo durante toda la vida. A veces, se inicia en los años puberales a favor del síndrome de la  incoordinación motora de la pubertad (Þ); en este sentido puede tener una cierta relación con la  insuficiencia genital y con la hiperplasia del timo, achacada por algunos. Es frecuente en los niños hipotiroideos y cretinos.