Nudosidades de origen infeccioso o parasitario.
Nudosidades de origen infeccioso o parasitario. Las más importantes son las siguientes:
A) Los ya estudiados, eritema nudoso (Þ) y eritema indurado (Bazin) (Þ).
B) Nódulos (gomas) tuberculosos. Interesan al médico general, porque indican un estado de diseminación de la infección tuberculosa; pero no siempre implican un mal pronóstico, como antes se creía. Aparecen en el tejido subcutáneo, principalmente en los miembros y en el cuello, en forma de nódulos de tamaño diverso, duros, indoloros. Es frecuente que su hallazgo sea, por lo menos al comienzo, casual. Después se hacen patentes a la vista, adquiriendo la piel, elevada, coloración violácea. Pueden ulcerarse y fistulizarse (Þ). Su diagnóstico se confirma por el examen histológico.
C) Nódulos leprosos (lepromas). La lepra nodular o lepromatosa (tuberosa) se caracteriza por la aparición de nódulos, principalmente en la cara, donde pueden ser abundantísimos, monstruosos, dando el aspecto de la facies leonina; y en el dorso de las manos y pies, originando, a veces, verdaderas elefantiasis; al principio, de color rosado o cianótico; cuando son viejos, de color pardoscuro, precedidos de un exantema rojo, oscuro o claro. La noción epidemiológica y el curso lento, típico, inducen al diagnóstico de la lepra en sus fases iniciales. Puede coexistir alopecia de la cola de las cejas y obstrucción nasal. En las fases avanzadas, este diagnóstico suele ser fácil. Es frecuente que la aparición de nuevos brotes vaya acompañada de fiebre, por lo común moderada. Los nódulos pueden reblandecerse, dejando una cicatriz plana, pigmentada, o bien formando hondas úlceras, muy corrosivas, mutilantes. Esta forma nodular puede combinarse o ir seguida de la forma maculoanestésica o tuberculoide (Þ). Hay, algunas veces, ginecomastia (Þ). En los casos dudosos se puede recurrir a los análisis siguientes: Reacción de Wassermann, que es positiva en muchos casos (Þ), lo que, por otra parte, no debe olvidarse, para evitar el posible error de diagnosticar como sífilis ciertas lesiones leprosas que, clínicamente, pueden recordar a las de aquella enfermedad; investigación del germen responsable (bacilo de Hansen), ya en el producto del raspado de los nódulos, ya en la secreción nasal o en la biopsia del leproma después de la administración de un gramo de yoduro (que, además, suele aumentar el tamaño y la rojez de los nódulos).
D) Nódulos de la frambesia. Son muy raros entre nosotros, pero deben tenerse en cuenta en individuos que han vivido en países tropicales. Débese la frambesia o pian al Treponema pertenue, muy próximo al sifilítico. Las lesiones se parecen mucho también; pero las del pian son uniformes, o, por lo menos, no tan multiformes como en la sífilis. La reacción de Wassermann puede ser positiva en el pian; no sirve, pues, para la diferenciación. Las lesiones del pian afectan principalmente a la cara y a las extremidades. Son primero maculares; se hacen después nodulares, pudiendo converger o formar anillos. Otras veces, la lesión miliar difusa recuerda al liquen. Pueden ulcerarse. El curso es muy lento. En el período terciario de la enfermedad, puede haber complicaciones nerviosas (ataxia) o circulatorias (aortitis).
E) Nódulos filáricos. En ciertas formas de filaria (dracunculus) pueden producir tumefacciones circunscritas, a veces de apariencia nodular, que, luego, se transforman en flictena y en úlcera. La oncocercosis da lugar a nódulos como guisantes o habichuelas, subcutáneos o subperiósticos.
F) En algunos casos de cisticercosis puede haber nódulos cutáneos, múltiples, difíciles de diagnosticar sin los antecedentes bien valorados (existencia previa de tenia, eosinofilia, desviación de complemento, etc.: (Þ).
G) La miasis por hipodermia bobis, no rara en países ganaderos, puede producir tumoraciones subcutáneas, periódicas o ambulatorias, o furunculosis; o zonas de edema; el antecedente endémico, la eosinofilia (a veces intensísima) y el hallazgo de la larva, extraída quirúrgicamente o espontáneamente expulsada de las lesiones, conducen al diagnóstico.
H) Panadizo de Osler, nódulo rojizo, sensible a la presión en el pulpejo de los dedos. Es típico de la endocarditis lenta.
I) Lesión de Janewey, mancha rojo-azulada en palma o planta en las endocarditis infecciosas.
J) Las vasculitis necrotizantes se manifiestan también como pápulas o nódulos cutáneos.
- exantema parasitario
- elefantiasis y miasis subcutanea
- definicion de nudosidades
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