Los agentes atmosféricos extremados.

Los agentes atmosféricos extremados, como el gran frío, el calor o la insolación pueden ser causa de cefaleas o jaquecas; muchas veces exactamente establecida por los propios enfermos. En estos casos hay que contar con la predisposición del enfermo; por ejemplo, en un caso mío, una mujer con hiperpituitarismo latente, presentaba cefaleas, de tipo grave, hipofisario, que sólo desaparecieron cuando se suprimió a la enferma un ligero paseo que hacía todos los días al sol, en bicicleta; en su hijo, igualmente hiperpituitario, aparecían cefaleas o jaquecas cuando jugaba excesivamente al tenis.

     También los cambios de presión atmosférica (alturas, aviadores) intensos o bruscos —como en los buceadores, trabajadores en cámaras subacuáticas—, dan lugar a cefaleas y otras molestias musculares, articulares, etc., durante la descompresión acelerada.