Intoxicaciones exógenas.

Intoxicaciones exógenas.  Un número enorme de dolores de cabeza son de origen tóxico, adoptando, ya la forma de cefalea gravativa, ya la de jaqueca. En general, todas las intoxicaciones con anoxia (Þ) producen cefalea. Hay que tenerlas presentes, porque muchas pasan inadvertidas:

     A) Intoxicaciones habituales. Son, sobre todo, éstas las más importantes, pues no se piensa en ellas, y por eso son difíciles de descubrir. En esta categoría están el tabaco, el café, el té. También después del alcoholismo agudo, y, sobre todo, el dormir en habitaciones mal ventiladas y demasiado calientes: no pocos dolores de cabeza se curan haciendo dormir a los enfermos con el balcón abierto. El CO o el gas del alumbrado pueden producir cefalea.

     B) Intoxicaciones profesionales. Es también muy frecuente que pasen inadvertidas: mineros, trabajadores que respiran monóxido de carbono —es típica la asociación de cefalea martilleante con vértigos en la intoxicación crónica—, vapores de  manganeso, mercurio, arsénico, plomo, bencina, etc.; simplemente el olor de cocina, el de ciertas flores, etc., puede ser causa del síntoma. También en la intoxicación por ciertos insecticidas (parathión) o por fenol, arsénico.

     C) Intoxicaciones medicamentosas. Las más importantes en este sentido son: la quinina, salicilatos, yoduros, cafeína, arsenicales, nitroglicerina y nitritos, ácido nicotínico, ciertos vasoconstrictores nasales, bromuros, fenacetina, resorcina, contraceptivos, exceso de vitamina A, glutamatos, abuso de analgésicos, vasodilatadores, Privina y otros, etc.

     D) Intoxicaciones por toxinas. La toxina botulínica puede originar, aparte del cuadro paralítico bulbar y otros signos neurológicos, cefaleas violentas.