Epididimitis.

Epididimitis.  Las lesiones del epidídimo se localizan habitualmente en la parte superior y posterior del testículo, diferenciándose bien de las de éste.

     A) La mayoría de las veces, el aumento de tamaño del epidídimo es de naturaleza inflamatoria:

     1. Las causas más frecuentes de la inflamación del epidídimo son la tuberculosis y la blenorragia. La epididimitis tuberculosa es, rara vez, primitiva, casi siempre secundaria. Suele desarrollarse insidiosamente, con poco o ningún dolor. Se dice que se localiza con mayor frecuencia en el lóbulo mayor del epidídimo; pero puede afectar a todo el órgano. Se suelen palpar los nódulos, duros, alternando con zonas caseosas y con el trayecto endurecido de los vasos deferentes. Pueden formarse abscesos que se abren, dejando las fístulas clásicas, sobre todo en la parte inferior y posterior del testículo. El estado general del enfermo y el examen de los demás órganos es muy importante para el diagnóstico.

     2. La blenorragia produce epididimitis pura u orquiepididimitis, unilateral en el 90 por 100 de los casos; generalmente izquierda. Por lo común, aparecen entre las semanas tercera y décima de la infección genital; los tratamientos modernos, locales y quimioterápicos han disminuido mucho su frecuencia, que antes alcanzaba a un 10 por 100 de las blenorragias. Puede aparecer también en la blenorragia crónica (gota militar), sobre todo favorecida por traumatismos, excesos venéreos o alcohólicos, etc. Generalmente, el diagnóstico es fácil por su agudeza y por su coincidencia con la uretritis gonocócica. Se dice que afecta de preferencia al lóbulo menor, mas esto no es constante. Hay también formas crónicas, insidiosas, que recuerdan a las tuberculosas; pero la sensación nodular y caseosa no existe, ni la fistulación.

     3. Hay casos, no raros, de epididimitis consecutivas a infecciones banales de la uretra, vejiga, vesículas seminales o próstata, producidas por calculosis, infección de cateterismo, etc. También se presenta después de la prostatectomía y de otras operaciones urinarias.

     B) Los tumores primitivos del epidídimo son tan raros que no se suele pensar en ellos. La confusión más fácil es con la tuberculosis, siendo muchas veces precisa la biopsia y el examen histológico para diferenciarlos.

     C) Se describen casos de quistes múltiples del epidídimo, que suelen aparecer después de los cuarenta años; sin dolor. Se han comparado a la enfermedad poliquística de la mama; como ésta, obedecen, se dice, al tratamiento por la hormona testicular.

     D) La tromboangeítis de los vasos espermáticos puede dar lugar a una inflamación nodular, dolorosa, del epidídimo, confundible con las epididimitis, sobre todo con la tuberculosa.



  • epididimitis despues de prostatectomia
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