Enfermedades paralíticas de origen nervioso.

Enfermedades paralíticas de origen nervioso: sobre todo, la parálisis infantil; restos de antiguas hemiplejías infantiles; hemiplejías adquiridas, con la típica cojera, en la que la pierna, paralizada y rígida, traza un arco de círculo a cada paso, a manera del segador, etc. En todos estos casos la cojera no tiene valor diagnóstico. También las neuritis y polineuritis (carencial, diabética, alcohólica, etc.) y los síndromes de compresión mecánica neural (parálisis peroneal, etc.). Todas las parálisis periféricas de la extremidad inferior alteran la marcha con «estepaje», es decir, obligando al enfermo a levantar la rodilla más en el lado enfermo, para no arrastrar el pie, que queda colgando, péndulo, y al apoyarlo de nuevo en el suelo lo golpea de modo visible y audible «como el piafar del caballo».