Dermohemorragias en las infecciones.

Dermohemorragias en las infecciones (Púrpura infecciosa).  En toda infección pueden producirse hemorragias cutáneas. Como ya se ha indicado, su mecanismo debe ser complejo; vascular (hiperfragilidad), que es tal vez el factor más frecuente, trombopático (comprobándose la plaquetopenia) y escorbútico, pues suele recaer en sujetos mal alimentados, con estado general miserable, y hay signo del lazo positivo. Supone, por lo común, un mal pronóstico del proceso infeccioso:

     A) Es bastante frecuente en la meningitis cerebroespinal, por lo que una infección grave acompañada de este síntoma debe ser sospechada de meningocócica. La dermohemorragia suele preceder a los síntomas meníngeos; el curso es muy rápido y la muerte puede sobrevenir fulminantemente, haciéndose el diagnóstico en la autopsia. Puede haber apoplejía de las suprarrenales (síndrome de Waterhouse-Friderichsen): (Þ). Se han señalado algunos casos de púrpura hemorrágica meningocócica con evolución apirética.

     B) También son muy frecuentes las erupciones purpúricas en el tifus exantemático, en la viruela y vacuna, en las septicemias (sobre todo en la endocarditis bacteriana subaguda y en forma de petequias en las mucosas o subungueales, también en la retina, etc.), en el sarampión, escarlatina, difteria, fiebre tifoidea, tuberculosis (muy frecuente y no siempre grave), disentería, cólera, fiebre amarilla, leptospirosis icterohemorrágica, tifus recurrente, paludismo, peste bubónica, etc.

     En la hepatitis aguda vírica, puede aparecer, aún sin insuficiencia hepática grave, una púrpura petequial de origen vascular.

     C) A veces el síndrome purpúrico anula los signos infecciosos y éstos no se diagnostican, calificándose el caso de púrpura fulminante (Þ).