Antecedentes del intoxicado.

Antecedentes del intoxicado: Comprende este estudio los siguientes puntos:

     A) Profesión. El número de intoxicaciones profesionales, agudas o crónicas, ha aumentado prodigiosamente en los últimos años. Unas veces este antecedente es muy fácil de recoger (por ejemplo, un saturnismo en un tipógrafo o en un pintor), pero otras no, por tratarse de productos químicos tóxicos mezclados accidentalmente con los medios habituales de trabajo (por ejemplo, manejo de acetileno impurificado con hidrógeno fosforado; marineros de barcos que conducen ferrosicilato y desprende ese mismo hidrógeno fosforado, etc.).

     B) Accidentes involuntarios, como ingestión, por equivocación, de lejía, de una solución digital, etc. Generalmente, es antecedente fácil de recoger; puede ser confuso en los niños.

     C) Accidentes criminales (tentativas de asesinato o de suicidio). El médico tiene pocas veces que ver con los primeros; no así con los suicidios, sobre todo en las grandes ciudades y en ciertos medios y épocas, pues el suicidio está fuertemente influido por las características sociales de cada etapa histórica.

     D) Uso habitual de tóxicos, como el café, el tabaco, la morfina, cocaína, etc. Este antecedente es notorio; pero hay dos casos que le pueden hacer oscuro: cuando el intoxicado oculta sus prácticas viciosas (y es muchas veces increíble su habilidad para lograrlo); y cuando se trata de sustancias habituales, como el tabaco, el café o ciertos medicamentos de uso corriente, como la aspirina.

     E) Para la valoración de todos estos antecedentes hay que tener en cuenta un dato esencial en la toxipatología: la susceptibilidad del enfermo, que, más aún que en las afecciones, juega en las intoxicaciones un papel primordial. Causas tóxicas levísimas, inofensivas para casi todos, pueden producir en el sujeto sensible intoxicaciones graves (por ejemplo, intoxicación saturnina por pintar un radiador de calefacción; anemia grave tras unos días de manejar benzol, etc.).

    F) Otro punto importante es que los síntomas de intoxicación pueden no seguir inmediatamente al contacto con el tóxico, sino aparecer algún tiempo después, en ocasiones lo bastante largo para hacer olvidar la causa; tal ocurre en las anemias e ictericias producidas por tóxicos industriales.