Reflexión en Física

Todos los objetos y las superficies que hallamos en la vida cotidiana reflejan la luz, por eso son visibles. Sólo una superficie negra perfectamente mate absorbe toda la luz, siendo dificilísima de obtener. Muchas superficies reflejan luz de sólo determinadas longitudes de onda, y se ven de color cuando las ilumina la luz blanca (que contiene todas las longitudes de onda visibles).

La naturaleza de la superficie afecta también el tipo de reflexión. Las superficies irregulares y las de un mate suave reflejan la luz desordenadamente, por lo que no forman imágenes; las páginas de este libro, por ejemplo, reflejan la luz desordenadamente, permitiendo la lectura de las letras en vez de reflejar la imagen del lector. En cambio, las superficies muy pulidas y lustrosas reflejan la luz de un modo uniforme; esos tipos de superficie-espejo forman, por lo tanto, imágenes bien definidas.

La superficie de una agua tranquila puede constituir un espejo casi perfecto nos lo demuestra el reflejo de parte de las montañas de Sierra Nevada en el Shadow Lake, California (arriba). La calidad de una imagen reflejada en el agua mejora conforme aumentan los ángulos de incidencia y reflexión, debido a que, cuanto mayores son los ángulos, menos luz se refracta dentro del agua y más se refleja.