Reflejo oculocardiaco.

Reflejo oculocardiaco.  Consiste en comprimir los globos oculares del enfermo estando éste echado, y sin producirle dolor; normalmente, la compresión determina una disminución del número de pulsaciones no superior a 10 con relación a las obtenidas previamente. Cuando la disminución de pulsaciones sobrepasa esta cifra, se dice que el enfermo es vagotónico; cuando el número de pulsaciones no varía o varía levemente, o cuando, en lugar de disminuir, aumenta (reflejo invertido), se supone que hay simpaticotonía. En la clínica encontramos que este reflejo, el más popularizado para la exploración vegetativa, no tiene apenas valor práctico.

Como todas las demás pruebas que voy a citar, el reflejo oculocardiaco tiene sólo un valor «territorial»; nos informa sobre la actividad de las ramas cardiacas del vago; y por eso su sola utilidad se reduce a diferenciar las bradicardias de origen vagotónico (en las que el reflejo es positivo) de las bradicardias de origen miocárdico (en las que el reflejo es negativo) (Þ).