Prolapso rectal.
Prolapso rectal. Es relativamente poco doloroso cuando no se complica de fisuras o inflamaciones. Se acompaña muchas veces de hemorroides, hemorragias y serosidad maloliente. Llega a ser un tormento, obligando al paciente a reducírselo varias veces al día (operación que acaban por realizar con gran destreza, sin desnudarse y casi delante de los demás). El diagnóstico es muy fácil por la procidencia del recto, imposible de confundir. El prolapso se hace particularmente manifiesto después de la defecación, con tenesmo, sobre todo en niños estreñidos o en multíparas; lo favorece la constitución asténica con visceroptosis.
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