Etapas del Desarrollo Embrionario
Inmediatamente después de acabada la fecundación, el cigoto o célula huevo de los rnetazoos inicia el desarrollo embrionario que ha de dar origen al nuevo ser, desarrollo embrionario que se realiza mediante cuatro etapas.
Tabla de Contenidos
Primera etapa:
Segmentación del cigoto y formación de la blástula. En los animales ovíparos, haya sido externa o interna la fecundación, la segmentación del cigoto se inicia siempre en el exterior, lo que suele exigir la formación de cubiertas protectoras del embrión en desarrollo; son gelatinosas en muchos de los animales de desarrollo acuático, y más elaboradas y con una mayor capacidad protectora si ha de tener efecto en el medio aéreo.
La misma necesidad se presenta en los animales ovovivíparos, en los que la fecundación siempre es interna y el desarrollo embrionario tiene lugar dentro del útero materno pero sin que la madre contribuya al desarrollo del embrión, cuya nutrición es asegurada por las reservas vitelinas almacenadas en el óvulo. En los vivíparos, la fecundación es también exclusivamente interna y los cigotos se desarrollan igualmente en el claustro materno, donde reciben no sólo protección sino también alimento, naciendo las crías ya desarrolladas.
Cuando el desarrollo embrionario se efectúa sin la ayuda nutricia de la madre, las substancias de reserva almacenadas en el huevo (vitelo) serán un factor condicionante de la rapidez con que se realice el proceso, así como del estado más o menos avanzado de desarrollo que presentará el embrión al abandonar el huevo. La cantidad y distribución del vitelo condicionan asimismo los diferentes tipos de segmentación del cigoto, total o parcial, igual o desigual.
Como consecuencia de la segmentación del huevo, se forma una serie de células: los blastómeros. Primero constituyen un agregado conocido con el nombre de mórula; luego se disponen formando una capa celular monoestratificada que limita una cavidad central ocupada por un líquido; el blastodermo monodérmico formado por estos blastómeros recibe el nombre de blástula, reservándose el de blastocele para la cavidad de segmentación delimitada por ellos.
Segunda etapa:
Formación de la gástrula. El proceso de formación de un blastodermo didérmico, conocido con el nombre de gástrula, puede tener lugar mediante distintos mecanismos. El más simple es el de embolia: el polo vegetativo de la blástula, reconocible por el mayor tamaño de sus blastómeros, se invagina dentro de la mitad de la hoja blastodérmica. La gastrula así formada aparece como una especie de saco de doble pared; la capa externa se denomina ectodermo, mientras la interna recibe el nombre de endodermo; entre ambas capas queda el primitivo blastocele, más o menos obliterado, apareciendo una nueva cavidad limitada por la capa endodérmica, el gastrocele, arquenterón o intestino primitivo, que comunica con el exterior a través del blastóporo.
Tercera etapa:
Formación de la tercera hoja embrionaria. Los metazoos de mayor inferioridad (esponjas y celentéreos) no progresan ya más en su desarrollo embrionario, y sus formas adultas presentan sólo dos hojas parietales. Entre ambas capas puede aparecer un tejido laxo, el mesénquima, que frecuentemente queda reducido a una especie de masa gelatinosa, sembrada de células dispersas, y recibe el nombre de mesoglea.
En los demás metazoos, la gástrula representa tan solo un estado transitorio de su desarrollo embrionario, desarrollo que prosigue con la formación de una tercera capa blastodérmica diferenciada: el mesodermo. Surge ésta en ocasiones a expensas de unos pliegues de la región dorsal del endodermo (invertebrados) o por una especial proliferación de las células del borde del blastóporo (algunos invertebrados y los vertebrados).
La duplicación posterior de esta hoja dará lugar a la formación de unas bolsas tapizadas por mesoepitelio, que formarán las cavidades celómicas. La aparición de otro orificio comunicante con el gastrocele puede representar la aparición del orificio anal futuro (protostomas) o de la formación bucal definitiva, en cuyo caso el blastóporo representa el futuro orificio anal (deuterostornas).
Cuarta etapa:
Diferenciación tisular y formación de los sistemas orgánicos. A partir de las tres hojas embrionarias se irán diferenciando los futuros tejidos del organismo, mientras, mediante proliferaciones celulares y plegamientos complejos, irán apareciendo los esbozos de los órganos destinados a integrarse en los diversos sistemas del futuro ser. Si bien estos complicados procesos varían en el detalle, los rasgos fundamentales de esta morfogénesis y el destino de las tres hojas embrionarias son comunes.
El ectodermo será el origen del sistema tegumentario y sus diferenciaciones (pelos, plumas, etcétera), así como de las células sensoriales y sistema nervioso central, y también de la región inicial y terminal del sistema digestivo. Del endodermo saldrán el epitelio que tapiza el tubo digestivo y los tejidos funcionales de las glándulas anexas al mismo, mientras una invaginación de este tubo digestivo motivará la aparición del sistema respiratorio de los vertebrados pulmonados. Del mesodermo proceden tejidos conjuntivos y de sostén (cartilaginoso y óseo), así como los sistemas muscular y excretor, y las gónadas.
El empleo de algunos colorantes vitales, que no afectan la viabilidad de las células o territorios embrionarios marcados con ellos, ha hecho posible seguir con detalle los procesos morfogenéticos. Estas mismas técnicas de tinción, así como la existencia de distintas tonalidades pigmentarias en diferentes puntos del cigoto, han permitido observar que en los huevos de algunos invertebrados está ya fijado el destino de cada una de las regiones del cigoto.
Los huevos que presentan esta predeterminación se conocen con el nombre de huevos en mosaico, y su desarrollo determinativo hace que, si se aíslan algunos de sus blastómeros en diferentes estados del desarrollo embrionario, de estos fragmentos se obtengan los mismos órganos embrionarios que hubiesen originado durante su desarrollo normal, o sea dentro del complejo policelular embrionario.
En los equinodermos y en los vertebrados, que poseen huevos de regulación, la predeterminación no aparece hasta un momento más o menos avanzado del desarrollo; hasta entonces, las células embrionarias parecen ser totipotentes.
A causa de esta totipotencia, cuando se aíslan los primeros blastómeros o incluso cuando se provoca experimentalmente la escisión en dos partes de una forma embrionaria inicial, cada una de éstas, separada, es capaz de dar origen a un embrión normal. Los gametos uni-vitelinos o uniovulares, siempre del mismo sexo y semejantes entre sí como dos gotas de agua.
Se explican perfectamente por esta especial característica de los huevos de regulación, mientras el origen de algunas monstruosidades (bicefalia entre ellas) y de los hermanos siameses puede achacarse a la disyunción parcial de un embrión que inició el desdoblamiento sin llegar a completarlo.
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