Cateterización de la vena subclavia
En enfermos con estado de shock, en los que no es posible conseguir una vía periférica, la vena subclavia permite un acceso adecuado ya que se trata de una vena que por estar unida al periostio de la primera costilla y de la clavícula no puede colapsarse.
Por lo general, el acceso infraclavicular tiene escaso riesgo y ha de preferirse al supraclavicular.
Técnica
Habitualmente la punción se realiza en el lado derecho.
La cabeza gira ligeramente hacia la izquierda. El lugar de la punción se sitúa a nivel del punto medio clavicular o algo hacia dentro.
La punción se realiza con una jeringa (de al menos 10 mi) y una aguja larga. En caso preciso, esta jeringa contendrá el anestésico local
La aguja se introduce junto al borde inferior de la clavícula, en sentido horizontal, en dirección al borde superior de la articulación esternoclavicular del lado opuesto. La vena subclavia debe alcanzarse aproximadamente a 2-7 cm de profundidad (posible aspiración sin dificultad de sangre).
Conviene marcar la dirección de la punción correcta mediante una señal realizada con la uña. Una vez retirada la aguja larga se procede a la punción con la aguja del catéter venoso siguiendo la dirección marcada previamente.
También ahora hay que montar la aguja de punción en una jeringa, ya que, en caso contrario, existe el peligro de una embolia gaseosa. Si la aspiración produce salida de sangre sin ningún problema, se desliza cuidadosamente en el interior de la vena la cánula de plástico y se retira la aguja metálica.
Para impedir la entrada de aire en la vena, al sacar la parte metálica se tapará la cánula con el dedo pulgar hasta que se introduzca el catéter.
La posición correcta de la cánula de plástico permite la introducción sin dificultad del catéter.
En toda manipulación de la zona subclavia es procedente auscultar el pulmón
para excluir un nuemotórax.
Puncion de la vena subclavia
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