Anoxias hemáticas.

Anoxias hemáticas (y no «anémicas», como dicen casi todos los libros). En ellas, la ventilación pulmonar se hace bien; el aire puede estar suficientemente oxigenado, la circulación capilar es perfecta; pero la sangre, por diferentes causas, es pobre en oxígeno y, por tanto, se lo proporciona insuficientemente a los tejidos. Sus principales formas son:

     A) Anoxia por anemia. Todas las anemias (Þ), pero más las más graves, las más pobres en hemoglobina, producen anoxia, a las que se deben, en parte, algunas manifestaciones del síndrome anémico: disnea, astenia, trastornos psíquicos, etc.

     B) Anoxia en la intoxicación por el óxido de carbono. Este gas se combina con la hemoglobina (carboxihemoglobina) y la hace inapta para acarrear el oxígeno a los tejidos. La afinidad de la hemoglobina para el óxido de carbono es trescientas veces mayor que para el oxígeno. Es intoxicación frecuentísima. Sobre sus síntomas, (Þ).

    C) Anoxia en la intoxicación por los nitritos, cloratos, sulfamidas, etc. (Véase su enumeración (Þ): cianosis tóxicas.) Todos estos tóxicos producen la transformación de la hemoglobina en meta o sulfohemoglobina, impidiéndose la oxigenación de la hemoglobina y, por tanto, de los tejidos.