Afasia (disfasia).

Afasia (disfasia).  Se llama así a un trastorno directo de la función del lenguaje, originado por las lesiones corticales y subcorticales del cerebro izquierdo, donde residen los centros de esta función. Consiste la afasia en la imposibilidad del enfermo para expresarse mediante palabras, sin estar mudo; o para expresarse por escrito, sin estar paralizado; o bien, para comprender las palabras que oye, sin estar sordo; o las que lee, sin estar ciego. De esta definición se deduce que existan teóricamente cuatro formas de afasia:

      Anartria (Broca) o afasia motora pura: imposibilidad de hablar, de articular los sonidos que forman las palabras; puede ser completa e incompleta; el enfermo, en efecto, puede conservar un pequeño repertorio de palabras que utiliza como puede para expresarse; puede también presentar el trastorno llamado parafasia, es decir, el empleo de una palabra impropia en lugar de la exacta, ya por analogía simbólica (por ejemplo, «pincho», en lugar de «cuchillo»), ya por analogía de sonidos (por ejemplo, «barro», en lugar de «carro»); cuando en lugar de la palabra emplea un sonido (no una palabra) semejante (por ejemplo, «ache», en lugar de «leche»; «arre», en lugar de «padre»), se dice que hay jargonofasia; la parafasia y la jargonofasia pueden coincidir. En formas más atenuadas, el enfermo da la sensación de un simple olvido de la palabra, empleando una frase para sustituirla (por ejemplo, en lugar de «bastón» dice «para pasear»). Puede el afásico olvidar las palabras de un idioma extranjero y conservar las del idioma natal; o al revés. Puede conservar las palabras de una canción conocida, de una oración habitual, etc., y no estas mismas palabras cuando surgen en el lenguaje corriente.
      Agrafia, o imposibilidad de escribir, por pérdida de la imagen escrita de las palabras. Son casos excepcionales en su forma pura. Cuando así ocurre, el enfermo comprende las palabras habladas o leídas, y puede hablar, pero no escribir, ni voluntariamente, ni al dictado, ni copiando. Como casi siempre esta afasia —como las demás— coincide con hemiplejías del lado derecho, el enfermo tiene, además, la dificultad inherente a la parálisis de este brazo, lo cual dificulta el estudio de la agrafia.

      Alexia, o ceguera verbal (Kussmaul). El enfermo conserva la visión y puede leer un escrito, pero no comprende las palabras que está leyendo, que carecen de sentido para él; sí, en cambio, las oídas; y, por otra parte, escribe y habla normalmente. Puede haber ceguera verbal para la letra impresa y no para la manuscrita; y otras variedades de este trastorno.

      Sordera verbal (Wernicke). El enfermo oye las palabras, pero no las comprende como tales palabras; sí, en cambio, las leídas; no puede repetir lo que oye, pero sí lo que lee; puede escribir copiando rasgo a rasgo un texto escrito, pero no este mismo texto cuando se le dicta; oye e interpreta todos los ruidos y sonidos que no sean palabras. Vive, en suma, como en un pueblo cuya lengua ignora.

     Esta división en cuatro grupos de la afasia es un esquema clásico. En la realidad, las afasias aparecen según tres tipos:

      Afasias motoras o de expresión, que son las más frecuentes, constituidas por la anartria que se acompaña a veces de agrafia.

      Afasias sensoriales o de recepción, constituidas por la sordera verbal y la ceguera verbal.

      Afasias completas, en las que se asocian las motoras y las sensoriales.

     Todas estas afasias pueden presentarse puras, lo cual es raro; o combinadas con otros síntomas nerviosos, principalmente con la hemiplejía del lado derecho (lesión del lado izquierdo), excepto en los zurdos, en los que la hemiplejía con afasia motora es del lado izquierdo (lesión del derecho). Las afasias sensoriales se acompañan casi siempre de hemianopsia del lado derecho del campo visual. Menos frecuentemente, las afasias se combinan con apraxia (Þ) o agnosia (Þ). Trastornos psíquicos y del carácter, muy variados, pueden presentarse en otros afásicos, ya por las lesiones mismas que han originado la afasia, ya por un trastorno de la ideación secundario a la alteración del lenguaje.

     Para el médico práctico, el diagnóstico general de la afasia no suele ofrecer dificultad. El diagnóstico topográfico y el diagnóstico etiológico, más difíciles, se conducirán del modo siguiente:

     A) Las afasias motoras se deben a lesiones, no solamente del pie de la tercera circunvolución frontal izquierda (zona de Broca), como antes se creía, sino de una zona cortical más extensa que corresponde al pie de la segunda y tercera circunvoluciones frontales, parte inferior de la frontal ascendente y de la parietal ascendente y parte superior de la primera temporal, hasta el pliegue curvo. Y no sólo estas zonas corticales, sino también zonas subcorticales, irrigadas por las arterias perforantes, pueden, al ser lesionadas, ocasionar la afasia motora: cápsula interna y externa, cuerpos estriados y núcleo lenticular, en una zona limitada hacia adelante por la región frontal posterior y hacia atrás por la parte posterior de la ínsula. La lesión de estos territorios cerebrales puede ser debida:

     1. A las mismas causas que la hemiplejía (Þ): reblandecimiento cerebral por trombosis ateromatosa, por embolia, por arteritis; hemorragia cerebral; tumores cerebrales.

     2. A los traumatismos que afectan a la región indicada; contingencia rara.

     3. Afasias transitorias, por espasmo arterial (Þ).

     B) Afasias sensoriales. Se deben a lesiones del territorio irrigado por las ramas posteriores de la arteria de Silvio del lado izquierdo; este territorio comprende los lóbulos parietal, temporal y occipital, respetando la región rolándica; limitase hacia adelante y arriba por el surco interparietal; hacia abajo, por el segundo surco temporal, y hacia atrás, por la parte anterior del lóbulo temporal; la zona blanca subyacente queda incluida en esta zona. Especialmente afectada es la zona de Wernicke a la primera circunvolución temporal izquierda y en el pliegue curvo. Las causas que producen estas lesiones son las mismas indicadas para las afasias motoras.

     C) Parafasia y jargonofasia. Estos trastornos, que ya he definido, son de tipo afásico, pero no incluibles en ninguna de las afasias sistematizadas antes descritas. Puede la parafasia confundirse a primera vista con la afasia; pero un poco de atención deshace el error. Se presenta principalmente:

     1. En las mismas lesiones que la afasia, sobre todo en el reblandecimiento cerebral. Pequeñas parafasias, casi imperceptibles, pueden preceder largos años a estas afasias por reblandecimiento.

     2. En estados tóxicos, principalmente en el alcoholismo. He observado casos de parafasia muy acentuada, seguramente debidos al tabaco, que llegaron a alarmar mucho al paciente y que desaparecieron con la supresión de aquél.

     3. En estados de delirio y de demencia.

     D) La afasia amnésica o verbal es parecida a la sensorial en cuanto a la localización de las lesiones, que a veces son expansivas. Es una afasia nominal de forma que el enfermo no encuentre la palabra, pero no acepta otra errónea que se le indique: es una dificultad de evocación verbal, de modo que a veces se confunde con una afasia de expresión, motora, equivocadamente.



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