Enfisema del mediastino.

Enfisema del mediastino.  Se observa alguna vez esta afección, debida a perforaciones de la tráquea o de algún bronquio en casos de lesiones ulcerativas del mediastino o de cuerpos extraños; o bien por la ruptura de una vesícula pulmonar yuxtamediastínica, en infecciones agudas del pulmón con adherencias entre éste y el mediastino. Puede aparecer en individuos en apariencia sanos, después de grandes esfuerzos (vómitos intensos con ruptura del esófago, tocadores de trombón o dulzaina, etc.). En realidad existe un enfisema mediastínico espontáneo (Hamman), aun sin esfuerzos violentos en individuos predispuestos: a partir de una ruptura alveolar en zona parahiliar el aire se abre para por despegamiento intersticial hacia el mediastino; puede pasar inadvertido pero complicarse luego con neumotórax y reconocerse sólo éste. El enfisema, al principio, produce leves síntomas; pero, más tarde, si el aire que se infiltra adquiere gran presión, aparece un síndrome típico: la percusión da sonido timpánico; la matidez cardiaca puede desaparecer; los ruidos cardiaco se alejan o desaparecen; puede oírse una crepitación sincrónica con los ruidos cardiacos; hay con frecuencia neumotórax concomitante. La evidencia del enfisema la de la casi inevitable difusión del mismo al tejido subcutáneo del cuello, con hinchazón y crepitación de éste. (Véase enfisema de la piel): (Þ). No hay que decir que la radiografía es de valor esencial. En los accesos violentos de tos, por la tos ferina, puede presentarse enfisema mediastínico y subcutáneo, a veces incluso neumotórax.