Diarrea en las parasitosis intestinales.

Diarrea en las parasitosis intestinales.  Es mucho menos importante en Europa que en los países tropicales.

     A) Aparte de la disentería amebiana (Þ), puede haber diarreas producidas por parásitos no habituales, como el Schistosomum hoematobium (bilharzia), el Balantidium coli o los tricomonas y, sobre todo, el Lamblia intestinales; las cuales, sin un análisis riguroso de las heces, pueden pasar por enteritis vulgares y, a veces, disentéricas. Sin embargo, no siempre podemos admitir sin dudas la patogenidad de estos parásitos, que ha sido, últimamente, hiperbolizada. Los casos de diarrea por lamblias (Giardia lamblia) han sido, sobre todo, invocados; los parásitos pueden asentar muy alto, en el duodeno, e incluso en la vesícula biliar (Þ). La diarrea es pastosa, no disentérica; moderada, pero muy rebelde, a veces con cólico ligero; y se suele acompañar de astenia, adelgazamiento, anemias, náuseas, vértigos, cefalea; quizá colecistitis, etc. Hay eosinofilia moderada. Su diagnóstico, desde luego, se hace sólo por el estudio parasitario de las heces; pero no todos admiten esta patogenidad, ya que, a veces, sigue la diarrea después de desaparecidos los parásitos, mientras que, otras veces, no hay diarrea con parásitos abundantísimos. En España se han observado casos indudables, tanto de la variedad lamblia como de la balantidium.

     También se incluye aquí la coccidiosis, que además de diarreas ocasiona un síndrome febril con escalofríos y anorexia.

     B) Mucho más conocidas y fáciles de diagnosticar son las diarreas accidentales, ligadas a los parásitos intestinales ordinarios: tenias, tricocéfalos, ascárides, oxiuros.