Diagnóstico diferencial.

Diagnóstico diferencial:

      A) Sobre todo, cuando el médico no presencia el accidente, es frecuente la confusión entre la hemoptisis y la hematemesis; pero con un poco de atención casi siempre se llega a diferenciarlas (Þ). La hemoptisis va precedida de cosquilleo laríngeo y se expulsa con tos, no existen náuseas y la sangre es espumosa —si procede del pulmón— o va acompañada de moco si es de origen bronquial. Pero existen hematemesis que, por aspiración, llevan sangre a las vías aéreas y al pulmón, simulando una hemoptisis.

     B) Además que de las hematemesis, a veces hay que diferenciar las hemoptisis de pequeñas hemorragias bucales que a veces se expulsan con tos y otras con vómito en forma de hemosialemesis (Þ) o nasofaríngeas, epistaxis tragadas (Þ); un interrogatorio hábil y la exploración de estas regiones suelen deshacer el error. Hay que tener presente la reputación funesta de las hemoptisis en el vulgo, para comprender la facilidad con que las personas aprensivas interpretan como hemoptoicas estas otras pequeñas hemorragias banales. Excepcionalmente una «hemoptisis» puede proceder de la ruptura de varices en las venas de la lengua cercanas a la epiglotis.

     C) No hay que olvidar, por fin, los casos nada raros de falsas hemoptisis, provocadas por los enfermos mismos, neuróticos o simuladores, mezclando la saliva o los esputos con sangre extraída por autosugestión de las encías.